¿Cómo conservar la fruta?

Frutas como manzanas o peras contienen etileno, un compuesto químico orgánico que favorece el proceso de maduración y acelera el de otras frutas que estén cerca.

 

¿Una manzana podrida echar a perder el resto?

¡Claro! Así mismo, con otras frutas. Esto se debe al etileno, un compuesto gaseoso que acelera el proceso de maduración y reduce la vida útil de estos alimentos, aunque no supone un riesgo para la salud. El etileno no se puede ver ni oler y es el responsable de los cambios en la textura, suavidad, color y otros desarrollos implicados en la maduración.

 

Estos son los alimentos que emiten etileno:

Manzanas, plátanos (son los dos principales productores de etileno), arándanos, melones, higos, uvas, kiwi, mango, nectarinas, melocotones, peras, ciruelas, patatas, membrillos o tomates.

 

Alimentos sensibles al etileno:

Espárragos, moras, brócoli, coles de Bruselas, zanahorias, coliflor, berenjena, escarola, ajo, lechuga, cebolla, perejil, guisantes, pimientos, espinacas, calabaza o sandía.

Cuando una fruta o verdura sensible al etileno se pone al lado de una fruta que produce etileno, pueden ocurrir varias cosas: aparecen manchas en las hojas de lechuga; las judías verdes pierden color; las zanahorias pueden llegar a ser amargas; el brócoli, la col o las coles de Bruselas pueden tener color amarillo; y la berenjena puede verse de color marrón y descolorida. Además, debe tenerse en cuenta que, cuanto más dañada está una fruta, más gas etileno genera. Por tanto, si hay una manzana muy madura, debe separarse del resto de frutas.

 

Consejos:

 

– Con la excepción de los tomates, la mayoría de los alimentos que producen etileno son frutas. Para evitar que unas estropeen a otras es importante mantener las que son sensibles al gas lejos de las que lo generan.

-Muchas de ellas necesitan madurar a temperatura ambiente. Cuando ya están lo suficientemente maduras, se pueden meter en la nevera. Y pueden utilizarse bolsas de plástico con cierre para que estén separadas.

– Importante: mantener alejados, por ejemplo, los plátanos de las manzanas; estas maduran con rapidez cuando se dejan a temperatura ambiente. Pueden conservarse fuera del frigorífico, si se consumirán a los pocos días; de no ser así, pueden colocarse en una bolsa de plástico agujereada en la nevera.

– También deben tenerse en cuenta otros factores que intervienen en la conservación de la fruta. Así, la temperatura influye en la velocidad en la que respiran las plantas (cuanto mayor es, más se acelera el proceso de maduración). El dióxido de carbono hace más lenta la respiración y, por tanto, más lento el proceso de maduración. Tanto las manzanas como las peras se mantienen bien a temperatura ambiente; los plátanos, fuera de la nevera, se vuelven negros y maduran con rapidez. Las partes que estén dañadas o magulladas deben cortarse o desecharse.

– También mantén alejadas ciertas frutas, debe considerarse que el tiempo que se conservan en buenas condiciones oscila entre los dos y siete días, en función del alimento. Las fresas y cerezas, por ejemplo, pueden estar de dos a tres días; los plátanos, melocotones o peras hasta cinco días; y el melón o las naranjas pueden llegar a la semana.

– La fruta puede oxidarse cuando se corta y se expone al aire. Las células se rompen y provocan una liberación de las enzimas y la exposición al aire exterior. Cuando esto ocurre, las zonas expuestas se oscurecen y se vuelven marrones.

– Por último, es importante saber que las frutas también se pueden congelar. Antes se deben limpiar, lavar y cortar. Además, es recomendable cortarlas en trozos y guardarlas en bandejas.